Es un tratamiento que utiliza la música y el lenguaje no verbal
como recurso de evaluación diagnostica, pero no en relación a
características psicopatológicas, sino a posibilidades y limitaciones
del sujeto en tratamiento.
El musicoterapeuta Rolando Benenzon ha dado dos definiciones
básicas de la musicoterapia:
La primera desde un punto de vista científico:
“la Musicoterapia es una especialización científica que se ocupa del estudio
sonido-ser humano, sea el sonido musical o no, tendente a buscar
los elementos diagnósticos y los métodos terapéuticos del mismo”
La segunda desde un punto de vista terapéutico:
“la MT es una disciplina paramédica que utiliza el sonido, la música
y el movimiento para producir efectos regresivos y abrir canales de
comunicación, con el objetivo de emprender a través de ellos el
proceso de entrenamiento y recuperación del paciente para la sociedad”:
En este sentido es una ciencia que considera el ser humano tanto como
organismo (estudiando las reacciones biológicas, orgánicas y sensoriales
producidas por el efecto sonoro), como persona (investigando las
relaciones entre la estructura musical y su significado) y como ser social
(considerando que lo social puede crear la enfermedad).
Cada persona posee un bagaje musical, que no se refiere únicamente a
sus gustos y experiencias musicales, si no a su relación con el sonido a
partir de su primera infancia. Este recurrido en su vivenciado nos dice
muchas cosas: qué sonidos escuchó por primeros, cuales fueron agradables
y cuales no, cual es su base cultural y social, cual es su relación con la música
y que papel tiene esta en su vida relacionado con sus emociones y sensaciones.
La música, por su carácter simbólico y evocativo, estimula la expresión,
la producción y la percepción contribuyendo al desarrollo de la creatividad y
nos pone en contacto con emociones retenidas, sentimientos, pensamientos
para elaborarlos y disipar bloqueos y dificultades.
La música no es eficaz en si misma, pero sus efectos son el resultado
de la aplicación profesional por parte de un terapeuta que sabe convertir
estos efectos en herramientas terapéuticas.
La condición necesaria para que se pueda hablar de musicoterapia es que
exista una relación terapéutica entre un sujeto dispuesto a dejarse modificar
(el paciente) y un profesional capaz de utilizar los parámetros del sonido
(timbre, ritmo, intensidad, duración) para provocar cambios y mejorías
en su conducta. Por esta razón el terapeuta tiene que tener una preparación
adecuada y específica, tanto en ámbito musical como en ámbito médico y
psicológico, así como es de fundamental importancia que trabaje en equipo
con los demás profesionales de la salud o de la educación para tener una
visión a 360 grados de la problemática del paciente.
A diferencias de otras terapias la MT se centra en los recursos del paciente,
y no en sus carencias, utilizando sus potencialidades y su bagaje cultural
a través del juego y del arte que tienen una función activadora de mecanismos
comunicacionales y psicológicos.
En cada sesión se apuesta en la creatividad para ampliarla, ejemplificarla y
enriquecerla (donde por creatividad se entienden ideas y producciones
originales, aplicables y desarrolladas en su totalidad).
Por eso en MT violar las reglas y permitir el error, siempre con una intencionalidad
clara, permite crear de ese error un nuevo recurso que podremos utilizar para
encontrar en cada expresión artística el estilo que nos caracteriza.
Las sesiones pueden ser individuales o de grupo, según la patología a tratar y
los rasgos peculiares de cada paciente.
Campos de aplicación
Estimulación temprana, trastornos del estado de ánimo, trastornos de la
personalidad, fobias, rehabilitación motora, TDAH, pacientes con Alzheimer,
pacientes en coma, pacientes con parálisis cerebral, autismo, educación especial…
y mucho más.
La musicoterapia es el manejo de la música y sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía) realizada por un musicoterapeuta cualificado con un paciente o grupo, es un proceso creado para facilitar, promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento, la expresión, la organización y otros objetivos terapéuticos relevantes, para así satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas.
Actualmente la musicoterapia como disciplina de Salud se ha extendido alrededor del mundo. Hasta la actualidad, se han desarrollado carreras de grado y post-grado.
España ha sido un país que tradicionalmente se ha mantenido muy a la zaga en el impulso y desarrollo de esta Terapia, si bien se ha limitado a determinados estudios, pruebas experimentales o desempeño aislado de ciertas personas. En Barcelona surge en el 1976 la Asociación Española de Musicoterapia con el Prof. Abimael Guzmán. El primer país de habla hispana que contó con una carrera de Musicoterapia fue Argentina, cuando en 1967 se crea esta Carrera en la Universidad del Salvador de Buenos Aires.
“El musicoterapeuta es un profesional con unos conocimientos y una identidad tanto en el ámbito musical como en el terapéutico, y que integra todas sus competencias desde la disciplina de la Musicoterapia, para establecer una relación de ayuda socio-afectiva mediante actividades musicales en un encuadre adecuado, con el fin de promover o restablecer la salud de las personas con las que trabaja, satisfaciendo sus necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas y promoviendo cambios significativos en ellos”. (de K. Bruscia, 1997, Definiendo Musicoterapia, Amarú Ediciones Salamanca).
Un musicoterapeuta implementa dispositivos específicos para la admisión, el seguimiento y el alta en un tratamiento musicoterapéutico. El bienestar emocional, la salud física, la interacción social, las habilidades comunicacionales y la capacidad cognitiva son evaluados y considerados a través de procedimientos específicos, como la improvisación musical clínica, la imaginería musical receptiva, la creación clínica de canciones y la técnica vocal terapéutica, entre otros. En ese proceso, el musicoterapeuta promueve y registra cambios expresivos, receptivos y relacionales que dan cuenta de la evolución del tratamiento. En las sesiones de musicoterapia, se emplean instrumentos musicales, música editada, grabaciones, sonidos corporales, la voz y otros materiales sonoros.
La musicoterapia no considera que la música por si misma puede curar; no existen recetas musicales generales para sentirse mejor.